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Kooquin Portraits

Intervención de Fotografía Digital

30cm x 35 cm

2016.

 

 Los maniquíes tienen un pasado rico e ilustre que se remonta al antiguo Egipto. Cuando se abrió la tumba de Tutankamón, descubrieron un maniquí sin brazos ni piernas hecho exactamente a las medidas del faraón, el cual se utilizaba para exhibir joyas y ropas. Pues los sastres no podían tocar el sagrado cuerpo del faraón y se les ocurrió una cosa tal como una imitación del cuerpo humano. La idea del maniquí se siguió desarrollando de diferentes maneras y usos en la historia después de esto.  En 1870 Francia fue pionera en introducir el primer maniquí de cuerpo completo, donde gracias a la revolución industrial, los comerciantes crearon estos escaparates para exponer sus productos. Eran elaborados con mucho cuidado y dedicación, con ojos de cristal, cuerpos de cera, madera y hasta dientes y pelo real. Se empezaron a usar además de para vender ropa, como modelos para dibujo, para pintura y para exponer moda de alta costura.

 

Kooquin Portraits nace de la inquietud que me generan ciertos maniquíes que encuentro en ciertas tiendas, los cuales normalmente tienen caras extrañas, proporciones anormales, un algo estilo bizarro o colores que no corresponden. Empecé a fijarme y a analizar a estos sujetos tan particulares y a generarme preguntas con el anhelo de encontrar respuestas como: ¿Por qué se perdió la delicadeza que se tenía al crearlos antiguamente? ¿Cuáles son los criterios al momento de elaborarlos como herramienta de venta? ¿Por qué mostrar el cuerpo humano como un simple elemento hecho a partir de moldes? ¿Cuál es la importancia de estos organismos fabriles?

 

Me di cuenta que este tipo de maniquíes solamente se encontraban en tiendas baratas, en tiendas de ropa de segunda, o incluso en tiendas de souvenirs. Me interesan estos objetos tan kitsch, tan únicos, tan extraños, tan interesantes, pero a la vez tan masivos y banales. Así que quise ponerme en la búsqueda de ellos y tomar ¨retratos¨ de estos objetos que pretenden ser humanos y que solo buscan incitarnos a comprar. ¿En qué momento perdieron su hermoso valor para convertirse en una simple herramienta de consumo?

 

En esta obra imprimo las fotografías en dos tipos de papel diferentes, las rasgo y las vuelvo a unir cosiéndolas. Con el ánimo de que con este acto se pueda jugar con transparencias y la alteración de estos personajes haciéndolos todavía más extraños y únicos gracias a la manipulación de la fotografía y uniéndolas con el acto de coser generando una relación con la función principal que tiene el maniquí actualmente.

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